Su propuesta de cambio de la ley electoral con un distrito electoral único y listas abiertas, ¿es viable? Quieren prohibir los rescates bancarios y las inyecciones de capital, y dejar caer a los bancos con problemas o nacionalizarlos, es decir ‘politizarlos’
Los ‘indignados’ del 15-M se resisten a abandonar sus acampadas y protestas en la calle y han protagonizado en las últimas horas sendas actuaciones reivindicativas ante el Congreso de los Diputados y en Valencia, con motivo de la constitución de las Cortes Valencianas de esta legislatura.
En el Congreso, cerca de 1.000 manifestantes mostraban este miércoles, 8 de junio, durante seis horas su rechazo a la reforma de la negociación colectiva, convocados a través de las redes sociales. “O pasamos o acampamos”, amenazaron, mientras unos 50 furgones policiales vigilaban su avance a sólo 20 metros del edificio.
Finalmente, al filo de las dos de la madrugada, los ‘indignados’ decidieron marcharse. “Una retirada a tiempo es una victoria”, cantaban mientras se alejaban del Congreso, muchos de ellos en dirección a la cercana acampada de Sol.
Horas después, una manifestación de unos 400 jóvenes ‘indignados’ expresaban sus protestas ante las Cortes Valencianas mientras la Policía cargaba contra ellos al considerar ‘ilegal’ la concentración, protagonizando enfrentamientos que se han saldado con cinco detenidos y varios heridos.
Así, todo apunta a que este movimiento va a seguir mostrando en la calle su desacuerdo con el actual sistema y con la situación de crisis económica que tiene a casi uno de cada dos jóvenes en las filas del paro.
Pero, ¿qué propuestas concretas hacen los acampados en sus asambleas para cambiar las cosas?, ¿qué hay realmente de constructivo en las iniciativas que proponen estos jóvenes y qué de perjudicial? Veamos en ésta y sucesivas informaciones las luces y sombras de las propuestas de los ‘indignados’ del 11-M.
Ante esta cuestión, hay que considerar que tan equivocado puede resultar un rechazo en bloque a sus iniciativas, porque tengan algunos de ellos o las propias acampadas un determinado aspecto que no guste, como una aceptación en bloque por el simple hecho de mostrar su indignación contra ciertas injusticias sociales. Como en otras cuestiones, la política es también una práctica de racionalidad.
Dos primeras cuestiones a analizar, considerando si son viables o no, son los planteamientos que hacen de cambio de la ley electoral para regenerar la política en España; y su visión de la actual situación de las finanzas.
Distrito electoral único, vía equivocada
Para una regeneración de la política estatal y autonómica, los ‘indignados’ proponen cambiar la ley electoral para acabar con el bipartidismo PSOE y PP, y también que haya unacircunscripción única para toda España y listas abiertas.
Sin embargo, proponer un distrito electoral único para toda España, con la proporcionalidad entre votos y escaños, es favorecer de una manera extrema el bipartidismo, porque aquellos que obtendrían mayor acumulación de votos serían los que se presentan en todas las circunscripciones, y esto hoy por hoy está en manos del PSOE y del PP.
Evidentemente, con el sistema que sugieren sí mejoraría la representación de Izquierda Unida, por ejemplo, pero empeoraría la representación de aquellos partidos que tienen un ámbito autonómico concreto. De esta manera, el sistema político estaría jugando a favor de una ‘recentralización’.
Es decir, la UPN desaparecería, Coalición Canaria prácticamente igual, lo mismo que el PAR. Por su parte, el PNV quedaría reducido a la mínima expresión, y CiU pasaría de ser la tercera fuerza a ser la cuarta o la quinta.
La cuestión es que este sistema no mejoraría la representación del Parlamento, sino que aleja todavía más al diputado del ciudadano.
Listas abiertas no, desbloqueadas
Los manifestantes piden que se impongan las listas abiertas, pero su concepto de listas abiertas parece algo confuso y, entre otras cosas, es en realidad un sistema que prácticamente no se utiliza en ningún país porque es tremendamente complicado.
Lista abierta significa que, en un momento dado, se pueden cruzar nombres de una candidatura con otra, y esto es posible en circunscripciones pequeñas donde hay un buen conocimiento de los candidatos, pero ligar la circunscripción única para toda España con listas abiertas es una propuesta poco viable. Habría que preguntarse cómo un señor de Cáceres, por ejemplo, sabe si el número 7 de tal o cual lista le conviene o no.
En realidad se refieren a listas desbloqueadas, en las que el elector marca la preferencia sobre aquella lista, no mezcla listas. En una lista abierta se pueden mezclar, en listas desbloqueadas se puede cambiar el orden en que está la lista y este sistema tiene más utilidad.
¿Cuál sería pues la respuesta correcta? Si el problema es la articulación del elector con el diputado, que es un problema que tenemos porque el diputado está lejos del elector, no lo alejemos más.
La forma de acercarlo es con distritos unipersonales, en los que aparece un diputado, el diputado del distrito. Con esta fórmula se tienen garantías de que la gente sabe a quién dirigirse, a quién reclamar y con quién hablar; y el diputado sabe de quién depende.
¿Problema? Este es un sistema mayoritaria puro y no tiene ninguna proporcionalidad. Además la Constitución exige la proporcionalidad.
¿Solución? El modelo alemán: el ciudadano tiene dos votos. Más o menos el 50% de la Cámara está elegida por circunscripciones personales y el otro 50% por una lista, de manera que el ciudadano puede votar a un partido de una lista y al candidato de su circunscripción, que puede ser de otro partido si esa es su preferencia.
El peligro de politizar las finanzas
Por otra parte, en el ámbito de las finanzas, los ‘indignados’ piden que no se rescate a los bancos, algo que tiene cierto sentido, aunque también presentan algunas contradicciones sus propuestas, tal como analizaban diversos expertos en una información publicada por el diario El Mundo el pasado 29 de mayo.
Su petición de que se prohíban los rescates bancarios y las inyecciones de capital (o, en todo caso, que se sometan a referéndum), contrasta con otra propuesta que hacen en la que instan a que las entidades con problemas puedan ser nacionalizadas, como ya ha sucedido en el pasado en países como Reino Unido, Irlanda o Suecia. Así, sería el Estado el que tiene que afrontar las obligaciones con los impositores y acreedores del banco en cuestión.
Sin embargo, una vez nacionalizada la entidad, se habla de constituir una banca pública con control social. Pero, ¿qué significa esto?, ¿quién ejercerá ese control? Precisamente, uno de los problemas actuales de las cajas de ahorros está generado por el control público que se ejerce sobre ellas y la imposición a las entidades de operaciones sin interés financiero, pero sí político o social.
Al mismo tiempo, muchas de las conclusiones de las asambleas de los manifestantes en el terreno económico insisten en dejar caer a los bancos que tienen problemas y son incapaces de solucionarlos, una tesis defendida por ejemplo por analistas económicos tan prestigiosos como el español Xavier Sala i Martín, profesor en la Universidad de Columbia, o por el Nobel de Economía en 2001, el estadounidense Joseph Stiglitz.
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